Los ganaderos reclaman una revisión de las instrucciones europeas. Las academias exponen argumentos a favor de la producción cárnica.
La #carne, el pescado y los productos animales se clasifican como alimentos poco saludables e insostenibles sin ninguna base científica. De hecho, se ignora por completo el valor nutricional de estos alimentos y los conceptos de equilibrio y dieta equilibrada. Tampoco toman en cuenta los avances tecnológicos dirigidos a disminuir y controlar emisiones GEI.
El pasado mes de octubre, una nutrida representación del sector ganadero mundial se daba cita en la capital de la República de Irlanda, Dublín, ante la llamada de la Autoridad Irlandesa de Agricultura y Desarrollo Alimentario (Teagasc) para debatir sobre el estado actual de esta industria, su papel en la sociedad actual, así como otros aspectos más técnicos referidos a la producción y el consumo.
Sin embargo, fue el aspecto científico como soporte a la necesidad de información que existe aún hoy en la opinión pública, el pilar principal en el que se sustentaron la mayor parte de las intervenciones desarrolladas durante dos jornadas. Científicos dedicados al sector ganadero de todo el mundo firmaron la ‘Declaración de Dublín’, donde expresan la realidad de la carne y el ganado acerca de su contribución a la salud y el bienestar personal, manteniendo el equilibrio ecológico y asegurando los medios de vida socioeconómicos
Tal es así, que los presentes respaldaron con su firma la ‘Declaración de Dublín de los científicos sobre el papel de la carne’, un documento que tiene como objetivo desmitificar muchas creencias, al tiempo que arroja luz sobre la realidad del sector ganadero desde el punto de vista social, medioambiental y especialmente atendiendo al particular de la alimentación en sí misma.
Sin duda, este foro se ha erigido como fundamental para entender claramente lo que dice la evidencia científica sobre la producción y el consumo de carne, la cual es una fuente fundamental en la alimentación mundial y desempeña un papel clave en buena parte del mundo.
Los científicos presentes abordaron la importancia de un sector que, al igual que el resto de la industria alimentaria, está inexorablemente ligado a la transformación digital y a la biotecnología, con el objetivo último de maximizar los beneficios y reducir a la mínima expresión los posibles impactos no deseados.
Haciendo referencia a algunos de los extractos de la Declaración, el documento está dividido en cinco partes, donde se desglosa cuál es el propósito de este, los desafíos, ganadería y salud, ganadería y medioambiente, ganadería y socioeconomía; y por último las perspectivas.

“Los sistemas ganaderos deben progresar sobre la base de los más altos estándares científicos. Son demasiado valiosos para la sociedad como para convertirse en víctimas de la simplificación, el reduccionismo o el fanatismo”, reza el comunicado en lo que es una declaración de intenciones de amparar bajo el paraguas de la ciencia la realidad del sector
Y concluye con la necesidad de seguir avanzando en esa carrera de fondo que es la ganadería sostenible, la cual continuará dando soluciones para el desafío alimentario del presente y del futuro, como siempre ha hecho desde el inicio de la Edad de bronce.
Desde otro foro, la Comisión Europea publicó recientemente el documento “ Hacia un consumo de alimentos sostenible ”, instruyendo a su grupo de asesores para desarrollar opiniones científicas y directrices para superar los obstáculos que impiden que los consumidores adopten dietas saludables y sostenibles. Al leer el documento de alcance en detalle, surgen muchas contradicciones preocupantes que presagian una orientación ideológica más que científica .
En el documento, leemos que “ Las tendencias socioeconómicas conducen a un consumo de alimentos poco saludable e insostenible con alimentos ultraprocesados, ricos en calorías y pobres en nutrientes, bebidas endulzadas y una mayor demanda mundial de pescado, carne y otros productos pecuarios, lo que contribuye al consumo excesivo, la obesidad y otros determinantes de la salud estrechamente relacionados con un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles ”. La carne, el pescado y los productos animales se clasifican como “ alimentos poco saludables e insostenibles ” sin ninguna base científica. De hecho, el valor nutricional de estos alimentos y los conceptos de “equilibrio” y “ dieta equilibradase ignora por completo, con sus cantidades precisas, que son la base de cualquier dieta sana y sostenible .
Así que más que una posición científica , parece una elección preconcebida , donde ya se ha decidido cuáles son alimentos sostenibles y saludables y cuáles no, siguiendo prejuicios en lugar de ciencia . Toda la comunidad científica apoya el gran valor nutricional de los alimentos de origen animal y que incluso los alimentos con peor aporte nutricional pueden incluirse en cantidades adecuadas en dietas y estilos de vida, en todo caso, equilibrados. En cambio, la Comisión omite que el abuso y el estilo de vida contribuyen a los problemas de salud. Esta es una falta grave quenunca es dejado de lado por los expertos en nutrición precisamente porque son muy conscientes de la correlación entre la ingesta de alimentos, el estilo de vida y las condiciones de salud.

Asimismo, sobre la sustentabilidad , el documento afirma que “ La producción ganadera está asociada con las emisiones de gases de efecto invernadero, problemas de bienestar animal, impacto en el uso de la tierra, contaminación del aire y del agua, así como el desarrollo y propagación de zoonosis y bacterias multirresistentes.
Los datos de EUROSTAT indican que un tercio de la población de la UE no come frutas ni verduras a diario. En general, si las dietas europeas estuvieran en línea con las recomendaciones dietéticas (por ejemplo, reduciendo el consumo de carne y ajustando el tamaño de las porciones de alimentos), la huella ambiental de los sistemas alimentarios se reduciría significativamente, incluso si las recomendaciones dietéticas nacionales no necesariamente tienen en cuenta la sostenibilidad. “
Se argumenta dogmáticamente que reducir el consumo de carne reduciría significativamente la huella ambiental de los sistemas de producción de alimentos sin proporcionar ninguna evidencia científica para estas afirmaciones. El asesoramiento científico de los asesores del grupo de trabajo contribuirá a la futura revisión e implementación de la estrategia Farm to Fork , apoyando el plan europeo para combatir el cáncer y promover el cambio hacia la sostenibilidad. Dada su importancia, el tema debe ser analizado examinando la evidencia científica , mientras existen alarmantes prejuicios contra la ganadería, la producción de carne y animales .
Por lo tanto, se sugiere que se pida a la Comisión que sea más objetiva en la obtención de evaluaciones basadas en pruebas eliminando los ejemplos engañosos y las ideas preconcebidas del documento de alcance. La Comisión debe considerar que el exceso en el consumo de cualquier alimento conduce a trastornos, disfunciones y enfermedades y no su correcta ingesta en cantidades adecuadas. Se solicita que la orientación hacia hábitos alimentarios más saludables tenga siempre como principio rector el equilibrio de los regímenes alimentarios , sin necesidad de suplementos. Sería apropiado que la Comisión abandonara el enfoque preconcebidoa la sostenibilidad alimentaria respetando el principio de que todo alimento es sostenible según su método de producción.
Véanse las publicaciones:
https://www.carnisostenibili.it/en/livestock-farms-help-the-environment/
https://www.plataformatierra.es/innovacion/declaracion-dublin-ganaderia-mundo