Aquiles Rattia y Jesús Gómez, en Naturgy el jueves 24 de noviembre.
Conversaciones – COP27 Egipto, con Valvanera Ulargui y Lara Lázaro.

La Fundación Naturgy y el Club de Roma, España promovieron el evento que contó con la presencia de Dña. Valvanera María Ulargi Aparicio, Dir. General de la Oficina Española del Cambio Climático del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de Dña. Lara Lázaro Touza, Investigadora Principal del Real Instituto Elcano y profesora de Teoría Económica en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros.

Aquí las notas de Aquiles:
- Apoyo para hacer frente a pérdidas y daños.
El haberse centrado en los síntomas del cambio climático, esos síntomas que se engloban en lo que se llama “pérdidas y daños”, refleja la incapacidad global para enfrentarse a la terrible realidad de que dependemos en un 80% de los combustibles fósiles. Deberíamos centrarnos en que no ocurran más daños y pérdidas y sin embargo estamos explorando cómo compensar a quienes los sufren. Además, los países ricos aún no han entregado los 100 000 millones de dólares anuales que prometieron desde hace años y que en la COP 26 de Glasgow parecían inminentes. No hay claridad en los términos de los acuerdos de financiación. En el último momento, bueno, más bien en el tiempo de descuento, se han logrado algunos acuerdos incompletos y apresurados al respecto.
La reevaluación de los países que pagan y los que reciben es una cuestión importante que queda relegada para el próximo año. A falta de una fuente de financiación inmediata, las promesas de pérdidas y daños se destinaron principalmente al Escudo Global y a los sistemas de alerta temprana de la ONU, con algunos compromisos para la Red de Santiago y proyectos específicos para cada país. Se hicieron nuevas promesas de contribuciones de 340 millones de euros para pérdidas y daños.
- ¿Implementación?
Lo más decepcionante es precisamente la implementación de lo que el propio G20 en esos mismos días de la COP27 habían acordado: “Aumentar urgentemente la ambición de mitigación y adaptación”, centrándose también en la financiación de pérdidas y daños. La falta de concreción indica que los países desarrollados siguen sin aceptar que las crisis geopolíticas, energéticas y económicas son razones para acelerar la acción, no para romper las promesas una y otra vez.

- Combustibles fósiles y naturaleza
El acuerdo alcanzado en Sharm el Sheikh no abordó las causas de los impactos del cambio climático: el uso de combustibles fósiles y la destrucción de la naturaleza. Los países no llegaron a un acuerdo para la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles, basándose en el llamamiento a la eliminación progresiva del carbón realizado en la COP26 de Glasgow. Y no lo hicieron porque el tema apenas estuvo en la mesa, como otro de las más inquietantes, que tampoco estuvo presente: el de los subsidios a los combustibles fósiles por parte de los Estados. Sin estos temas en el centro de las negociaciones no debe extrañar el escaso progreso en los objetivos principales de la acción climática.
- ¿Es 1,5℃ todavía un objetivo a nuestro alcance?
La incapacidad para avanzar en materia de emisiones se produjo a pesar de que el mundo ha experimentado impactos climáticos que alteran la política, la economía y las tensiones entre países. Las fuertes sequías y olas de calor en Europa, las inundaciones en Pakistán, Nigeria y Australia y la sequía en Estados Unidos son ejemplos de cómo las estructuras de ayuda y apoyo, como el fondo de pérdidas y daños, tendrán más demanda en el futuro por no haberse atajado los problemas de origen. En las decisiones finales de la COP27 se hace referencia al escenario de 1,5℃ planteado en la COP 21 de París, pero sólo se reconoce el objetivo. No se mencionan las vías ni los planes para alcanzarlo. No ha habido líderes que hayan roto con la industria de los combustibles fósiles.
- ¿Quién paga y quién recibe?
India y China se han convertido en las mayores economías del mundo desde que se estableció la definición de países “desarrollados” y “en desarrollo” en 1992. La UE y Estados Unidos quieren que se reflejen las circunstancias actuales. China y la Liga de los Estados Árabes, productores de petróleo, quieren que se tenga en cuenta el equilibrio histórico. Esto genera un círculo vicioso que bloquea los acuerdos pero que tendrá que cuadrarse en los próximos años.
- El cambio de rumbo que aún no llega a África
Se pensó que esta sería la COP africana, pero no se ha generado mucha financiación nueva para los países vulnerables, sean africanos o no –dejando mucho por hacer en 2023–, ya que se instó a los países a aumentar la financiación de la adaptación, pero sin concretar.
- Derechos humanos
La Presidencia de la COP 27 estuvo bajo presión durante toda la reunión por su enfoque de los derechos humanos. Se subrayó la conexión entre el espacio cívico y la acción climática. Es evidente que la lucha por el aumento de la libertad en Egipto, como en tantos otros países, continuará mucho después del final de esta reunión.
- Grupos de presión de los combustibles fósiles
Los 636 grupos de presión de los combustibles fósiles y los directores generales de BP, Shell, Total y Occidental que recorrieron los pasillos deseosos de mostrar sus credenciales ecológicas estaban aquí por una razón: la transición energética tiene un impulso imparable y representa una clara amenaza para sus negocios. Es probable que el año que viene la industria y sus patrocinadores estatales sigan afirmando su influencia en el proceso. La desinformación seguirá siendo una herramienta clave en sus operaciones de presión. No deberíamos dejar que ocurra.