Renaturalización urbana, una oportunidad para afrontar los desafíos en las ciudades

Fundación Biodiversidad PUBLICADO EN IAGUA MAGAZINE 45 – JULIO 2023

Las ciudades desempeñan un papel clave ante los desafíos ambientales y sociales que afronta la humanidad. La renaturalización urbana puede contribuir a dar respuesta a estos retos y transformar las ciudades en espacios sostenibles y saludables. La Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), impulsa 74 proyectos de renaturalización y restauración fluvial en entornos urbanos, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU, gracias al cual destina 195 millones de euros a estas iniciativas.  

«Las ciudades son escenarios clave para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Generan el 70% de las emisiones globales, albergan a la mitad de la humanidad y, para 2050, más de 2.000 millones de personas más las llamarán hogar». Con este mensaje se dirigía el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, a la Asamblea de ONU-Hábitat (Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos), celebrada en Nairobi, Kenia, el pasado mes de junio. Parece, sin duda pertinente, poner el foco en los entornos urbanos, tanto por el deterioro ambiental que provoca su desarrollo descontrolado, como por su capacidad para generar ideas y alumbrar una nueva visión del urbanismo, más sostenible y humana.

El regadío en España: un proyecto de país

El desarrollo urbanístico, como explica Elena Pita, directora de la Fundación Biodiversidad del MITECO, «se ha realizado durante demasiado tiempo de espaldas a la naturaleza, lo que ha implicado un proceso acelerado de expansión, sobrepoblación y pérdida de biodiversidad. Distanciar la naturaleza de la ciudad —añade— ha supuesto costes económicos, en salud y en calidad de vida de sus habitantes. Necesitamos ciudades más verdes, porque favorecen la biodiversidad y son más resilientes y saludables. Los espacios verdes promocionan la salud, incluida la salud mental, protegen frente a olas de calor e inundaciones y mejoran la calidad del aire. Es preciso que las ciudades apuesten por Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN)». Atendiendo a la definición aportada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las SbN aprovechan la naturaleza y el poder de los ecosistemas saludables para proteger a las personas, optimizar las infraestructuras y salvaguardar un futuro estable y biodiverso.

La renaturalización sobre los espacios verdes ya existentes en las ciudades promueve una recualificación de los mismos, evolucionando desde espacios donde ha primado el ajardinamiento ornamental a espacios ecológicamente funcionales, generadores de hábitats y núcleos de biodiversidad, y siempre en equilibrio con un uso público consciente y respetuoso. Estos espacios se conciben ahora como elementos clave de la infraestructura verde urbana y periurbana, buscando su conexión con conectores estratégicamente diseñados que conforman un sistema vascular verde, garante de los flujos ecológicos que fortalecen el conjunto y, por tanto, los beneficios que es capaz de ofrecer. Entre las soluciones que se plantean, se cuentan la naturalización de la vegetación, por medio de la creación de masas diversas y heterogéneas con diferentes estratos arbóreo, arbustivo y herbáceo; la transición de superficies de césped a praderas naturalizadas; la generación de refugios para la fauna como muros de piedra seca, hoteles de insectos o nidales o la implementación de elementos de alta biodiversidad como láminas de agua, que pueden ser estacionales y permitir la recogida estratégica del agua de escorrentía de pluviales.

La renaturalización ha de ser cuestión transversal y vertebradora y generar cambios efectivos que transiten hacia modelos más habitables

La renaturalización urbana es compleja y eminentemente transversal. Requiere de un enfoque multiactor, con la participación de administraciones públicas, academia, sector privado y sociedad civil; de un enfoque multisectorial, con la participación de todos los sectores de la economía y de la sociedad; y multidisciplinar, ya que integra ecología, urbanismo, gestión del riesgo de desastres, salud pública, sociología, educación, participación, etc. Enfatiza la restauración funcional de los procesos naturales degradados, más que la restauración puntual o el ajardinamiento de espacios concretos. Exige, además, de la visión completa de las dinámicas y problemas de cada modelo urbano para una adecuada aplicación de las soluciones naturales.

Este es el enfoque que aplica la Fundación Biodiversidad en su línea de actuación de renaturalización de entornos urbanos, con la que persigue contribuir al despliegue y fortalecimiento de la infraestructura verde y su capacidad para prestar diferentes servicios ecosistémicos en las ciudades. Para conseguirlo, impulsa proyectos en áreas como la mejora y la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, el fomento del empleo verde y la bioeconomía, el conocimiento científico para la mejor gestión de la biodiversidad y la renaturalización urbana.

Entre 2021 y 2022, la Fundación Biodiversidad ha destinado 195 millones de euros a tres convocatorias de ayudas dirigidas a entornos urbanos: dos para su renaturalización y una más específicamente orientada a la restauración de ecosistemas fluviales en entornos urbanos. Gracias a ellas, hoy están en marcha 74 proyectos liderados por administraciones locales destinados, en última instancia, a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y dar respuesta desde las urbes a la emergencia climática y resto de desafíos urbanos para el medio y largo plazo.

  • Resulta necesario un cambio de mentalidad global para definir nuestra relación con la naturaleza, imponiéndose su protección

«La renaturalización debe convertirse en una cuestión transversal y vertebradora, capaz de generar cambios efectivos en el modelo de ciudad —asegura Elena Pita—. Desde la Fundación Biodiversidad perseguimos que los proyectos no sean meras actuaciones aisladas. Para generar un proceso perdurable, se requiere que haya estrategias municipales específicas sobre estos temas, que las iniciativas estén aprobadas en Pleno Municipal y que marquen un rumbo que no tenga marcha atrás».

Los proyectos en marcha dan respuesta a problemas reales de las localidades en las que operan. Es el caso, por ejemplo, de ‘URBAN-NAT’, con el que el Ayuntamiento de Lleida persigue ganar en biodiversidad y en resiliencia frente al cambio climático, especialmente en lo relativo a la tendencia de aumento de temperaturas máximas en la ciudad, mediante la aplicación de SbN.

En los últimos veinte años, la temperatura media en verano ha subido 1,2 grados en Lleida y la máxima extrema, 2,1, según el informe de sostenibilidad frente a altas temperaturas, elaborado por el ayuntamiento. «Esta situación nos hace muy vulnerables a los efectos del cambio climático», explica Esther Fanlo, coordinadora de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Lleida. «Por ello, planteamos integrar espacios arbolados, adaptados al cambio climático, refugios de biodiversidad y aumentar la conectividad mediante calles arboladas. El aumento del arbolado redundará en confort térmico e incremento de la humedad».

Es preciso poner en valor el papel de los espacios verdes urbanos para mejorar la conectividad ecológica y conservar la biodiversidad

El proyecto planea la creación de una trama verde en la ciudad que reconecte con los espacios naturales del entorno periurbano. Para ello, se construirá un sendero que recorrerá los diferentes espacios naturales de la Red Natura 2000 (red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad) que rodean la ciudad. «Se trata de una necesidad para la mejora de la resiliencia de la ciudad frente a las cada vez más altas temperaturas que padece en verano».

El río Guadalope, a lo largo del término municipal de Caspe (Zaragoza), discurre prácticamente seco y desconectado del río Ebro, alimentado únicamente por los escasos aportes procedentes del acuífero, la escorrentía de la pequeña intercuenca, los retornos de riego de las acequias y los efluentes de la depuradora de la localidad. La alta carga orgánica de las aguas circulantes plantea importantes problemas de salubridad y de inseguridad hídrica y alimentaria. El aislamiento prolongado y la eliminación de caudales propios del río han acarreado la alteración del cauce y del espacio fluvial, lo que ha dado lugar a una notable pérdida de biodiversidad en este entorno. La gravedad de la situación llevó a su inclusión en el Primer Horizonte (2015) de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos. Ahora, gracias al impulso de las ayudas de la Fundación Biodiversidad, el ayuntamiento podrá acometer, parcialmente, la ‘Restauración morfológica y ambiental y la conexión hidráulica del antiguo cauce del río Guadalope en Caspe’. Entre las actuaciones previstas se incluye la apertura al exterior de medio kilómetro del cauce, actualmente soterrado bajo un parque.

  • Entre 2021 y 2022, la Fundación Biodiversidad ha destinado 195 M€ a tres convocatorias de ayudas dirigidas a entornos urbanos

En la localidad murciana de Torre-Pacheco, la rambla de La Balsa ha sido históricamente alterada por la actividad humana, hasta convertirla en una rambla fracturada, intermitente, degradada y vandalizada, que constituye hoy un espacio público afuncional para los vecinos. ‘Rambla Sur’, proyecto liderado por el Ayuntamiento de Torre Pacheco, devolverá a la rambla los espacios de su cauce que han sido ocupados y alterados morfológicamente y utilizará soluciones de drenaje sostenible e infraestructura verde para mejorar su funcionamiento hidrológico y reducir la velocidad del agua. Todo ello permitirá la creación de un corredor urbano que aspira a convertirse en su pulmón verde. Además, la intervención dará respuesta a los graves problemas que provoca el régimen torrencial de la rambla, protegiendo del riesgo de inundación a casi 8.700 habitantes.

La reducción de la vulnerabilidad ante eventos extremos se hace especialmente necesaria, teniendo en cuenta que la recurrencia y severidad de los mismos es creciente por causa del cambio climático. Los desafíos son aún más urgentes en aquellos espacios más expuestos, como es el caso de la ciudad de Tarragona. Además del proceso urbanizador experimentado a lo largo de las últimas décadas, su situación en el paso del corredor de infraestructuras de comunicación mediterráneo y su estructura geográfica, con una línea de costa superior a los 6,5 kilómetros, dos valles aluviales, áreas agrícolas de huertas y zonas forestales sobre colinas calcáreas, han dado como fruto una matriz de espacios libres desconectados entre núcleos residenciales, industriales, comerciales e infraestructuras de comunicación, muy susceptibles al efecto de fenómenos extremos. Con ‘Green Belt 2026’, el ayuntamiento de Tarragona persigue incrementar la conectividad y fortalecer la capacidad ecosistémica y la resiliencia de la ciudad. Para ello, el proyecto implementará el Plan de Gestión del Anillo Verde de Tarragona como herramienta de planificación ambiental municipal, a partir del estudio y la planificación específica de los componentes biodiversidad, sistema fluvial, sistema litoral e infraestructura verde.

El proyecto ‘URBAN-NAT’ persigue ganar en biodiversidad y en resiliencia frente al cambio climático mediante la aplicación de SbN

«Un aspecto clave de los proyectos es la integración de la evidencia científica para que la toma de decisiones se base en datos y en el mejor conocimiento disponible, por un lado, y para generar buenas prácticas, promover la innovación y extraer enseñanzas que se puedan replicar, por otro. Por este motivo, permitimos que las entidades se agrupen con organizaciones científicas y valoramos que los proyectos se doten de los mejores sistemas de monitoreo y reporte a la hora de comunicar el impacto de sus proyectos», afirma la directora de la Fundación Biodiversidad.

Así, proyectos como ‘ECORESILIENTE’, que lidera el Ayuntamiento de Gijón y en el que participan el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR-CSIC) y la Universidad de Oviedo, incorporan una componente académica muy importante. En este caso, el objetivo es el desarrollo de ‘tecnosuelos’ procedentes de la valorización de residuos (hidrochar y biochar), que serán aplicados en la jardinería para analizar su idoneidad. Además de contribuir a la economía circular, suponen un aporte tecnológico en aras de mejorar la fertilidad de los suelos y podrán, en un futuro, convertirse en un producto viable y aplicable en otros contextos. Mini bosques de especies autóctonas que se ejecutarán con el tejido social local y micro conectores ambientales completan un abanico de Soluciones basadas en la Naturaleza que se traducirán en un incremento de la biodiversidad en la ciudad.

Y, a más biodiversidad urbana, mejores servicios ecosistémicos, como explica Elena Pita: «Infraestructuras verdes como parques y jardines, fachadas y cubiertas verdes, calles arboladas, praderas o huertos urbanos, favorecen la biodiversidad y proporcionan numerosos servicios ecosistémicos relacionados con la calidad de vida, la salud y el bienestar de los ciudadanos, incluyendo la regulación térmica, la purificación del aire o la disminución del ruido».

Es una de las apuestas que hace ‘RedeVerde’, el proyecto del Ayuntamiento de Pontevedra en el que participa la Universidad de La Coruña y que persigue el refuerzo de los servicios ecosistémicos mediante la mejora del metabolismo urbano (su intercambio de materia y energía con el medio) que supondrá, entre otras actuaciones, la liberación y restauración del tramo soterrado del río Gafos a su paso por el barrio de Campolongo. «El río tiene un papel estructurante y es pieza fundamental de la trama urbana —asegura Manuel Fontán, jefe del Servicio de Parques y Jardines del ayuntamiento de Pontevedra—, por ello es necesario recuperarlo con criterios de renaturalización, para devolverle su dinámica natural, sus riberas y su estructura, pero de manera compatible con el hecho de que es un río que atraviesa el centro de la ciudad». Así, RedeVerde plantea una integración real del medio ciudad con la naturaleza. Según Fontán: «Tras la primera transformación que ha supuesto en las últimas décadas la peatonalización de importantes zonas de la ciudad, afrontamos ahora la Revolución Verde y Azul de Pontevedra, tejiendo una red verde en la que la ciudad quedará integrada».

  • Los proyectos objeto de las ayudas de la Fundación Biodiversidad ponen especial acento en la colaboración multidisciplinar e intersectorial

Los proyectos objeto de las ayudas ponen especial acento en la colaboración multidisciplinar e intersectorial y en la participación de la comunidad local, entidades de investigación y sociedad civil. Algunos son ejemplo de integración horizontal entre localidades cercanas y adyacentes al mismo curso fluvial o a la misma cuenca. Un hecho que refuerza la conectividad ecológica y el carácter vertebrador de los ríos para la infraestructura verde y facilita la inclusión de importantes aspectos asociados al ciclo del agua.

Es el caso de ‘Cinca Revive’, impulsado por dos ayuntamientos vinculados a este río, el de Fraga y el de Velilla de Cinca. El proyecto implementará actuaciones de restauración del ecosistema fluvial del río Cinca —que incluyen bosques de ribera y humedales—, además del retranqueo y la optimización de las defensas existentes para proteger el núcleo urbano de Fraga del riesgo de inundación.

Otro ejemplo de implicación de varios municipios adyacentes es ‘Custodia los Ríos de Granada’. La iniciativa que coordina la Diputación de Granada se centra en ocho tramos de los ríos Genil, Cubillas y Guadalfeo y dará apoyo a los municipios de Iznalloz, Deifontes, Pinos Puente, Cenes de la Vega, Fuente Vaqueros, Villanueva Mesía, Huétor Tajar y Salobreña en la restauración ecológica de sus ecosistemas fluviales.

Una participación y un impulso a la restauración ecológica fluvial que se hace también patente en ‘Caña a la caña’. Con el Consorci de la Ribera y la Fundación Limne a la cabeza, aborda la conservación y rehabilitación de ecosistemas fluviales desde un enfoque de cuenca (hasta trece municipios enlazados pertenecientes a la cuenca baja del Júcar) y pone el acento en uno de los más destacados desafíos de gestión para los ríos españoles: el control de las Especies Exóticas Invasoras (EEI).  Según Sales Tomás Pons, directora gerente de la Fundación Limne: «Se recuperará el estado del bosque de ribera y del ecosistema del río gracias a la erradicación de la caña (Arundo donaxy la posterior plantación de especies autóctonas como salicarias o helófitos, que depuran el agua, absorben nutrientes y actúan como filtro verde, arbustivas de ramas flexibles que ralentizan el ritmo del agua, chopos, olmos, fresnos…». ‘Caña a la caña’ contribuirá a la recuperación del papel del río como promotor de la cohesión social. «En el fondo, la gente tenía ganas de abrazar su río —continúa Tomás Pons—. Lo estamos viendo en las jornadas de divulgación que estamos realizando. Este proyecto ha despertado un sentimiento de pertenencia a toda la cuenca, no solo a la parte del río que atraviesa tu municipio».

Proyectos como ‘Santander Capital Natural (SCN)’ están haciendo de la educación ambiental y la participación ciudadana, su buque insignia

En Orihuela, también afrontan la problemática de la caña que, en momentos de crecidas descontroladas del colector de la localidad alicantina, obtura el Segura, obstaculizando el desagüe adecuado en momentos de crecida. ‘Refluye mi río’ promueve el control de las especies invasoras y la mejora de la vegetación de ribera mediante la plantación de herbáceas que contribuyan a la regeneración del ecosistema prístino de las laderas del río. Además, el proyecto contempla conformar una red controlada de espacios de inundación que amortiguarán el volumen desmesurado de los caudales en las puntas de crecida. Eduardo G. Rodríguez, jefe de servicio de Fomento, Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Orihuela, incide en la necesidad de que el proyecto tenga continuidad, porque «cabe la posibilidad de que, en algunas zonas, la caña vuelva a salir». Por ello, plantea que la cooperación y la coordinación que han hecho posible las ayudas de la Fundación Biodiversidad se prolonguen más allá del 31 de diciembre de 2025: «Sería necesario establecer financiación a largo plazo, vía fondos estructurales, y un marco de cooperación entre Unión Europea, estado, autonomías y municipios para que, bajo la coordinación de las Confederaciones Hidrográficas, las actuaciones contra las EEI se prolonguen en el tiempo. Estableceríamos, así, una colaboración simbiótica de la que nos beneficiaríamos todos, especialmente, la biodiversidad y la ciudadanía».

Según Elena Pita: «Comprender el valor que nos proporciona la biodiversidad nos permite tomar las decisiones más adecuadas. Un valor que no es solo económico, sino también social, ambiental y cultural». Una valoración en la que tiene mucho que ver la opinión de la ciudadanía. Por eso, afirma la directora de la Fundación Biodiversidad: «Resulta necesario un cambio de mentalidad para definir nuestra relación con la naturaleza, imponiéndose su protección como una inversión en salud. Es necesario también poner en valor el papel de los espacios verdes urbanos para mejorar la conectividad ecológica y conservar la biodiversidad».

De ahí que proyectos como ‘Santander Capital Natural (SCN)’ estén haciendo de la educación ambiental y la participación ciudadana su buque insignia. El Ayuntamiento de Santander lidera la agrupación que integran la Universidad de Cantabria, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) y la Fundación para la Investigación del Clima y la Asociación AMICA. Afrontan en conjunto el refuerzo de las zonas verdes urbanas públicas, utilizándolas, además, para reconectar a la población urbana con la naturaleza, con el fin de mejorar la conservación de la biodiversidad.

  • Las iniciativas que financian las convocatorias de la Fundación Biodiversidad han sido seleccionadas entre casi cuatrocientas propuestas.

Iniciativas como la renaturalización de centros educativos, de creación y consolidación de un voluntariado ambiental o la Red de Terrazas para la Biodiversidad, permiten a la ciudadanía implicarse en la Estrategia SCN y compartir estilos de vida sostenibles y con efecto directo en la biodiversidad y la salud, aunque, como explica Pablo Ruiz, responsable del Servicio de Parques y Jardines del ayuntamiento de Santander, «las intervenciones de renaturalización no siempre se entienden de primeras. Por eso, —añade— resulta tan importante el papel de la divulgación y la comunicación en estos proyectos». Blanca Serrano, técnica de SEO/Birdlife, lidera la comunicación de Santander Capital Natural. En su opinión, el quid de la cuestión para el éxito pleno de las actuaciones de renaturalización urbana está en el respaldo de la ciudadanía: «La clave está en responder muchas preguntas, explicar el papel de la biodiversidad y los beneficios que genera, mediante actividades como nuestros ‘domingos de parque’, en los que se muestra sobre el terreno la explosión de biodiversidad que nos rodea, en los parques de la ciudad, a base de cercanía, accesibilidad y educación ambiental. Una vez que los vecinos conocen cómo la biodiversidad contribuye a mejorar su calidad de vida, la ola de la renaturalización resulta imparable, porque reclaman más actuaciones en la misma línea».

Las 74 ciudades españolas que hoy desarrollan sus proyectos de renaturalización y restauración fluvial son pioneras de un proceso de transformación ya imparable. Las iniciativas que financian las convocatorias de la Fundación Biodiversidad han sido seleccionadas entre casi cuatrocientas propuestas, lo que muestra un gran interés de las administraciones locales por la renaturalización. «Nuestra línea de trabajo en materia de renaturalización urbana —explica Elena Pita—, ha venido para quedarse, más allá del Plan de Recuperación. La Fundación Biodiversidad ha sido designada Órgano de Gestión Intermedia de los Fondos FEDER para el periodo 2021-2027, lo que nos permitirá continuar con el impulso a la renaturalización de las ciudades españolas».

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