Jai Shroff, 22 de abril de 2025. World Economic Forum.
Este artículo es parte de: Centro para la Naturaleza y el Clima
- Los sistemas alimentarios y el papel de los agricultores ocuparán un lugar central en las cumbres internacionales de 2025.
- La experiencia de la India muestra cómo las asociaciones público-privadas pueden contribuir decisivamente a promover sistemas alimentarios sostenibles.
- Incentivar a los agricultores para que desempeñen su papel depende de la resiliencia, los recursos y las recompensas.
Durante los últimos 30 años, mis colegas y socios han abogado por que los agricultores tengan voz en los debates sobre desarrollo global. Si bien las tecnologías de energía renovable y las regulaciones de IA suelen ocupar un lugar central, a veces se ha pasado por alto el notable progreso en la agricultura sostenible.
Pero 2025 es diferente. Los sistemas alimentarios por fin están en la agenda principal de importantes reuniones internacionales como la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU y la conferencia sobre cambio climático COP30. Es hora de repensar cómo incentivamos el trabajo de los agricultores y reconocer el impacto de la agricultura sostenible. Ahora que los agricultores tienen un lugar en la mesa, es hora de recompensarlos por contribuir a la producción de alimentos.
Mi trayectoria en la agricultura sostenible comenzó en la década de 1970, una época de gran inestabilidad en la India. Las sequías y las hambrunas amenazaban la vida y el sustento de los agricultores. Nuestra empresa, UPL, desempeñó un papel crucial en el fortalecimiento de la productividad agrícola nacional, trabajando estrechamente con los agricultores, comprendiendo sus necesidades y desarrollando productos que mejoraron sus prácticas agrícolas.
El entorno político fue decisivo para la transformación del sector agrícola de la India. Antaño azotado por la hambruna, el sistema alimentario del país es ahora uno de los exportadores más grandes y fiables del mundo. La Revolución Verde fue clave para este cambio, ya que el gobierno implementó políticas para garantizar la seguridad alimentaria e incentivar a los agricultores a producir suficientes cultivos para satisfacer las necesidades internas.
Sin embargo, el cultivo de importantes cultivos alimentarios como el arroz, el trigo y la caña de azúcar presenta nuevos desafíos. La falta de diversidad de cultivos puede dejar el sistema alimentario vulnerable a sequías, plagas y enfermedades. Estos obstáculos obligan al sector agrícola a aprender y adaptarse al entorno cambiante.
Hoy en día, India colabora con el sector privado para afrontar los desafíos contemporáneos. Las asociaciones público-privadas (APP) han sido eficaces para impulsar un cambio generalizado en la agricultura sostenible. A través de mi copresidencia de la Alianza de Acción Alimentaria del Foro Económico Mundial , hemos trabajado con los productores de azúcar para desarrollar una cadena de valor sostenible del azúcar en el país y abordar los problemas causados por la pérdida de diversidad de cultivos.

India continúa innovando en políticas de sistemas alimentarios para incentivar a los agricultores a adoptar prácticas sostenibles, diversificar sus cultivos y adaptarse a un clima en rápida evolución. Su auge agrícola ofrece importantes lecciones para otros países, especialmente considerando que la agricultura desempeña un papel clave en los debates mundiales sobre desarrollo este año. Este debate debe centrarse en tres áreas clave: resiliencia, recursos y beneficios.
La reciente volatilidad en los mercados de materias primas pone de relieve la necesidad de estos cambios. El café es un claro ejemplo. El precio del grano de Arábica ha aumentado más del 80 % en el último año. Cuando una materia prima experimenta un mercado alcista, los agricultores se benefician. Sin embargo, para evitar ciclos de auge y caída, necesitamos mecanismos y herramientas que fomenten la resiliencia de los productores de todos los cultivos ante la creciente volatilidad de los precios, el clima y el comercio a largo plazo.
Para lograrlo, los agricultores necesitan los recursos adecuados para lograr una mayor consistencia y previsibilidad entre los años de abundancia y los de barbecho. Una solución es crear una coalición de gobiernos, actores de los sistemas alimentarios e instituciones financieras para mejorar el acceso a microseguros paramétricos. Estas pólizas cubren a los agricultores frente a riesgos climáticos, volatilidad de precios y la falta de germinación de las semillas, protegiendo a los pequeños productores de la incertidumbre y fomentando la inversión en semillas y productos fitosanitarios climáticamente inteligentes.
Las APP también pueden ayudar a los agricultores a cultivar de forma sostenible fuera de los espacios tradicionales de formulación de políticas. Lanzamos la Coalición de Primeros Impulsores para la Alimentación , una iniciativa del Foro Económico Mundial destinada a reducir las emisiones de los sectores con altas emisiones de carbono. Con el objetivo común de alcanzar cero emisiones netas para 2025, la coalición se compromete a adquirir cultivos y alimentos producidos de forma sostenible. Esto genera una señal de demanda para los agricultores —a través de un mercado disponible— que los incentiva a adoptar prácticas que contribuyan a descarbonizar sus métodos de producción alimentaria.
Otra estrategia es la transición de los agricultores de un cultivo a otro. En Zambia, hemos colaborado estrechamente con el gobierno y los agricultores para cambiar de cultivos propensos a la sequía, como el maíz, al sorgo, un cultivo más resistente y adaptado a entornos con estrés climático. Esto no habría sido posible sin las asociaciones público-privadas (APP) y demuestra cómo programas como la Alianza de Acción Alimentaria y la Coalición de Primeros Impulsores por la Alimentación pueden impulsar planes similares de diversificación de cultivos al crear un mercado para cultivos resilientes en otras regiones.
Las recompensas desempeñan un papel crucial en esta transición. El auge de la innovación en energías renovables durante las últimas dos décadas fue posible gracias a políticas catalizadoras, subsidios y desregulación que incentivaron la inversión. Para que la agricultura transite verdaderamente hacia un modelo sostenible, los gobiernos y los agricultores deben colaborar para explorar incentivos similares, garantizando que la innovación no se vea frenada por regulaciones obsoletas y que se recompensen las prácticas sostenibles.
Necesitamos aprovechar los incentivos y las protecciones que han funcionado para otros sectores y empoderar a los agricultores para que lideren una nueva revolución verde.