A medida que los desafíos globales se vuelven más complejos, los cimientos de la colaboración científica internacional se ven cada vez más amenazados. En esta declaración, el Consejo Directivo del Consejo Científico Internacional subraya la urgente necesidad de proteger y fortalecer la cooperación científica global, esencial no solo para el avance del conocimiento y la innovación, sino también para salvaguardar el bienestar de las personas y del planeta.
Consejo Científico Internacional, 3 de julio de 2025

La ciencia es una forma especial de conocimiento compartido globalmente que el mundo necesita más que nunca para abordar los desafíos que enfrentamos. La colaboración internacional que la sustenta se ha forjado a lo largo de muchas décadas, pero ahora es vulnerable y frágil. Dada la enorme importancia de la ciencia para el bienestar nacional y mundial, el Consejo Científico Internacional hace un llamamiento a todos los responsables de la toma de decisiones para que garanticen la protección de los principios de la ciencia y sus instituciones, y el mantenimiento e idealmente el fortalecimiento de la cooperación científica internacional.
Durante los últimos 200 años, la ciencia ha desempeñado un papel fundamental en la mejora de la calidad de vida humana, el fomento del crecimiento económico y la profundización de una comprensión más amplia de la naturaleza y la sociedad. Todas las naciones utilizan la ciencia para promover sus intereses, a través de la salud, el progreso social y el desarrollo económico. Gran parte de este beneficio nacional se logra mediante importantes inversiones en investigación, incluyendo las del sector privado y las organizaciones filantrópicas, y mediante colaboraciones dentro de la comunidad científica mundial, ya que el conocimiento trasciende las fronteras nacionales. Este enfoque colectivo se ha vuelto más crucial dadas las amenazas existenciales a la salud planetaria y social que enfrentamos actualmente.
La ciencia también desempeña un papel importante en el avance de las naciones hacia sus objetivos económicos, de seguridad y geoestratégicos. El mantra político, cada vez más extendido, de que la ciencia debe ser «tan abierta como sea posible y tan cerrada como sea necesario» no debe extenderse más allá de sus legítimas necesidades.
La ciencia ha contribuido y expuesto los problemas del impacto de los seres humanos y sus tecnologías en el planeta a todos los niveles, desde el local hasta el global. En las últimas décadas, las naciones y sus científicos han colaborado para identificar, mitigar y adaptarse a estos riesgos. Esta colaboración ha trascendido a menudo las tensiones geoestratégicas, ya que proteger el patrimonio común global redunda en el interés de cada nación.
Lo que sustenta todas las ciencias es un conjunto de principios basados en el empirismo, la transparencia, la garantía de calidad y la apertura, que permiten que la ciencia sea un sistema universal de conocimiento. Sin embargo, la aplicación del conocimiento científico está legítimamente determinada por las sociedades en las que se inserta. Las comunidades científicas tienen razón en preocuparse por las fuerzas que las desafían. La colaboración científica internacional debe continuar; la responsabilidad de sostener la investigación debe compartirse de forma más equitativa, no solo para salvaguardar los resultados científicos, sino porque las naciones que invierten en la ciencia y la apoyan también se benefician de sus numerosos beneficios. Ignorar la ciencia aumenta los riesgos para el patrimonio común global. La cooperación científica promueve el diálogo pacífico entre los países.
Por su parte, la comunidad científica debe mantenerse fiel a sus principios fundamentales, pero debe estar más estrechamente vinculada a la sociedad. El vínculo entre la ciencia y la sociedad debe renovarse continuamente para que la ciencia pueda realizar contribuciones esenciales a la paz, la seguridad y el bienestar.
Como ONG global que comprende principalmente uniones, asociaciones y academias científicas, el ISC está comprometido con nuestra visión de la ciencia como un bien público global. Instamos a todos los sectores de la sociedad a reconocer que la práctica libre y responsable de la ciencia es una labor comunitaria crucial para el avance de toda la humanidad.