Entender el precio de la descarbonización

Stefan Helmcke y Tomás Nauclér
con Scott Pendrey  y Tim Vroman. 16 de junio de 2025. Revista trimestral de McKinsey.

Reducir las emisiones es más importante que nunca. Las curvas de costes marginales de reducción ayudan a las empresas a desarrollar estrategias rentables.

Reducir las emisiones de carbono a menudo requiere tomar decisiones. ¿Sería más sensato cambiar a energías renovables, electrificar un proceso químico, plantar bosques, cambiar una materia prima o algo más? Las organizaciones que buscan tomar decisiones inteligentes deben comprender tanto los costos relativos como el potencial relativo de las opciones de reducción.

En 2007, McKinsey desarrolló, para una empresa de servicios públicos sueca, la primera curva de costo marginal de reducción (CRM) que proporciona dicho marco (Gráfico 1). Para cada posible medida de reducción, la CRM asigna un costo por tonelada de carbono reducida y lo pondera según la cantidad de reducción que la medida podría proporcionar.

Anexo 1

McKinsey preparó la primera curva de costos marginales de reducción para una empresa de servicios públicos sueca en 2007.

Desde 2007, los MACC y sus equivalentes han gozado de amplia aceptación. El Comité del Reino Unido sobre el Cambio Climático utilizó este análisis para sus planes de cero emisiones netas. Empresas como Chevron y ConocoPhillips utilizan MACC internos para evaluar sus estrategias de reducción de emisiones. Ahora, en 2025, las empresas que buscan reducir sus emisiones tienen muchas más opciones a considerar. Nuestros MACC de la década de 2010 analizaron aproximadamente 150 palancas; los MACC actuales consideran más de 1400 palancas en 170 cadenas de valor e incorporan cientos de miles de factores de emisión. Este aumento genera muchas más oportunidades de reducción para las organizaciones, pero también genera mucha más complejidad. En este artículo, analizamos cómo se han desarrollado los MACC a lo largo de los años y por qué el tipo de análisis exhaustivo que permiten es más importante que nunca.

Éxitos y errores históricos.

En los últimos 15 años, el panorama de la sostenibilidad ha evolucionado, con avances en el conocimiento y la tecnología climática, así como cambios en costos, políticas y regulaciones. Algunas herramientas de descarbonización han avanzado rápidamente, otras no han cumplido las expectativas, y han surgido nuevas. El factor más importante en la adopción de herramientas de reducción a lo largo de los años es su escalabilidad: ¿Con qué rapidez y éxito se redujeron los costos, permitiendo la adopción generalizada de una tecnología limpia?

Los vehículos eléctricos (VE), las bombas de calor, la energía solar fotovoltaica (FV) y la energía eólica escalaron más rápido de lo previsto en 2007 gracias a su baja complejidad, diseño modular y procesos industriales estandarizados que permitieron una rápida reducción de costos. En el MACC global inicial, el potencial de reducción de emisiones para los VE de pasajeros para 2030 se estimó en 0,05 gigatoneladas, pero la reducción real ya era de 0,08 gigatoneladas en 2024.

Por otro lado, tecnologías como la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) , la energía nuclear y el hidrógeno verde —todas ellas con altos costos de capital, complejos requisitos de infraestructura e investigación y desarrollo continuos— han avanzado más lentamente de lo previsto. El MACC inicial reportó más de tres gigatoneladas de reducción potencial mediante la CCUS, pero la tecnología no ha escalado como se esperaba; solo aproximadamente una trigésima parte de esas tres gigatoneladas se capturará para 2030.

También hemos visto cómo las tecnologías de transición actúan como soluciones provisionales mientras las tecnologías a largo plazo se expanden y maduran. Los vehículos eléctricos híbridos enchufables han sido una tecnología de transición eficaz, reduciendo las emisiones en comparación con los vehículos de gasolina y diésel, mientras que la infraestructura y la adopción de vehículos eléctricos siguen creciendo.1  Y el gas natural surgió como un combustible de transición; el auge del gas de esquisto y su escala no fueron previstos en el MACC original.

Cuando los costos no se reducen con la suficiente rapidez, las políticas, la regulación y los incentivos pueden ayudar a liberar el potencial de reducción de tecnologías que ya están listas, y el MACC puede ayudar a visualizar qué tecnologías están en la cúspide de este proceso. La circularidad en las renovaciones de edificios  (reutilización de materiales retirados durante las renovaciones de eficiencia de los edificios) y muchas herramientas relacionadas con el uso del suelo y la agricultura son tecnologías maduras con un potencial de reducción considerable, pero solo con incentivos establecidos, ya que sus costos siguen siendo demasiado elevados.

Aunque parezca sorprendente, muchas de las soluciones más económicas, incluso aquellas que ahorran dinero a las empresas, pueden ser difíciles de adoptar. Este hallazgo subraya que un bajo coste no siempre implica poca fricción. El coste es solo una pieza del rompecabezas, y tras estas palancas se esconden posibles barreras como las lagunas políticas, la falta de alineación de las partes interesadas, la política, la cultura y la complejidad.

Los MACC actuales son más detallados y utilizan IA

Desde el primer MACC, en 2007, han surgido miles de nuevas palancas de descarbonización. Algunas de las palancas más importantes en los MACC actuales son las de eficiencia, como la optimización de rutas, que utiliza análisis avanzados para optimizar rutas según las condiciones en tiempo real y minimizar el consumo de combustible a lo largo del tiempo; y la programación predictiva mediante IA para alinear los cronogramas de producción con la disponibilidad de energía baja en carbono. Esta visión cada vez más detallada de la descarbonización permite a las empresas o gobiernos identificar beneficios potencialmente fáciles de adoptar e incluso oportunidades de ahorro que pueden sumarse. Por ejemplo, una empresa podría lograr la misma descarbonización mediante la reducción de residuos o la circularidad (que puede reducir las emisiones y ahorrar costos) que mediante la adopción de nuevas tecnologías como la captura, almacenamiento, almacenamiento y utilización de carbono (CCUS), que requiere un cambio más amplio en las operaciones y puede tener un costo mayor.

Una idea clave de los MACC es que la naturaleza es la mayor palanca. Algunas soluciones basadas en la naturaleza (SBN), como evitar la deforestación, son de bajo costo y de alto impacto. Otras, como la reforestación y las nuevas prácticas agrícolas, son muy prometedoras para el futuro, pero pueden ser costosas. En los últimos años, las SBN se han incorporado cada vez más a los marcos de políticas y mecanismos financieros. Sin embargo, han recibido críticas, quienes señalan (entre otras protestas) que las definiciones imprecisas pueden llevar a que entidades que podrían no priorizar los beneficios ecológicos genuinos las adopten.

Un avance tecnológico clave para la descarbonización es el auge de la IA y la analítica avanzada. Estas tecnologías permiten a las empresas ahorrar costes y acelerar su descarbonización mediante soluciones digitales y en la nube, como la optimización del conocimiento de sus emisiones de Alcance 3, la identificación de eficiencias operativas mediante gemelos digitales y la reducción de emisiones mediante aprendizaje automático, que ayuda a optimizar el diseño de productos y el uso de materiales. Si bien los centros de datos con IA requieren un consumo energético considerable , McKinsey estima que las tecnologías basadas en la nube  pueden acelerar el 47 % de las iniciativas necesarias para alcanzar la meta global de 1,5°C para 2050, según el Acuerdo de París.2

Las últimas versiones del MACC utilizan IA y automatización. Al incorporar más de 300.000 factores de emisión de diversos sectores, los MACC actuales utilizan amplios conjuntos de datos para crear rápidamente MACC automatizados y dinámicos para las empresas. Esta automatización permite evaluar rápidamente la eficacia de las posibles estrategias de descarbonización. En un caso, los MACC basados ​​en IA lograron identificar un conjunto de palancas  que podrían reducir el coste de alcanzar el objetivo de descarbonización de la empresa en un 10 % en comparación con su plan sin esta herramienta. Este análisis también requirió un 90 % menos de tiempo y dinero que la generación tradicional de MACC.3

¿Pueden los MACC ayudarnos a ponernos al día en la reducción de emisiones?

Actualmente, el mundo no está en vías de lograr la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero conforme a los objetivos del Acuerdo de París, por lo que urge ampliar la escala de nuevas ideas con mayor rapidez. Nuestro trabajo con los MACC nos ha permitido obtener varias perspectivas que podrían ayudar a las partes interesadas a diseñar estrategias para una descarbonización más rápida.

Los planes regionales de descarbonización son cada vez más importantes

El siglo pasado presenció el auge de las cadenas de valor globales, con numerosos bienes y servicios fabricados y ensamblados en múltiples países. En Europa y otros lugares, están surgiendo regulaciones transfronterizas que contabilizan las emisiones de un producto en otros países. Como resultado, los países con regulaciones ambientales débiles y esfuerzos mínimos de descarbonización podrían experimentar un aumento de costos debido a su papel en las cadenas de valor globales.

Esto ha generado la necesidad de investigar las palancas regionales de reducción y los factores de emisión, incorporando las diferencias en la madurez tecnológica, la matriz energética y la información de proveedores regionales específicos. Datos más detallados permiten a los profesionales de la descarbonización adoptar un enfoque regional más matizado.

Puede haber una variación regional significativa en el costo y el potencial de reducción. El Gráfico 2 ilustra esta variación para una herramienta clave de descarbonización —la electricidad verde para la fundición en la producción de aluminio— en cuatro países.

Anexo 2

Las curvas de costos marginales de reducción ilustran que las palancas de descarbonización pueden variar según la geografía.

Estas visiones regionales brindan a las partes interesadas mayor transparencia sobre la huella de carbono de su cadena de suministro, ayudándolas a implementar estrategias de descarbonización más efectivas y específicas para cada contexto.

Los MACC dinámicos ofrecen mejores perspectivas

Inicialmente, el MACC presentaba costos estáticos y potenciales de reducción sin considerar la interacción de las tecnologías. La plataforma MACC actual se actualiza en tiempo real y refleja la interdependencia de los factores y los cambios en los costos y potenciales de reducción a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, el Gráfico 3 ilustra cómo, entre 2030 y 2050, los MACC para la descarbonización del aluminio cambiarán con el tiempo para los distintos países. En general, el potencial de electricidad verde utilizada en la fundición será menor en 2050 que en 2030 debido al mayor impulso de la tecnología.

Anexo 3

Las curvas de costos marginales de reducción ilustran que las palancas de descarbonización pueden variar a lo largo del tiempo. (Parte 1 de 2)

Esta interconexión y dependencia temporal genera complejidades en la priorización y secuenciación de iniciativas, lo que crea la necesidad de monitorear el progreso y revisar los planes periódicamente. Los planes de implementación que incorporan esta fluctuación garantizan una mejor secuenciación y priorización de las iniciativas para las partes interesadas.

Los precios de las materias primas influyen fuertemente en las medidas que se adoptan

A lo largo de los años, hemos observado el papel crucial que desempeñan los precios de las materias primas en la adopción de estrategias de descarbonización en diversas industrias. La fluctuación de los precios de materiales críticos puede hacer que las soluciones de tecnología limpia sean más o menos atractivas que las alternativas con mayores emisiones, lo que afecta las decisiones de inversión y la ampliación de las tecnologías de descarbonización. Los análisis de costos de capital automatizados y dinámicos ayudan a revelar estas posibles fluctuaciones.

Se prevé que la disponibilidad de materiales clave sea el mayor obstáculo para la expansión de cinco tecnologías cruciales bajas en carbono: la energía solar fotovoltaica, la energía eólica, los vehículos eléctricos (VE), las bombas de calor y el hidrógeno verde. Estos materiales incluyen el litio para los VE, el iridio para los electrolizadores de hidrógeno verde y las tierras raras, como el disprosio y el terbio, para las turbinas eólicas.4

Otro producto básico crucial para la transición energética es el acero. Como material esencial para la infraestructura de energías renovables (por ejemplo, turbinas eólicas, paneles solares y vehículos eléctricos), su precio puede afectar el coste de construcción e implementación de estas tecnologías.

Algunas palancas importan más a nivel municipal, regional y nacional

La viabilidad y el impacto de ciertas estrategias dependen de si se aplican a nivel municipal, regional o nacional. Por ejemplo, la adopción de vehículos eléctricos requiere una infraestructura de red que suele implementarse a nivel regional o nacional, basándose en economías de escala, planificación centralizada y marcos de inversión a largo plazo. Por otro lado, las mejoras de eficiencia en los edificios suelen acelerarse mejor mediante políticas regionales que estandarizan códigos, incentivan las renovaciones y armonizan las cadenas de suministro. Finalmente, las estrategias a menor escala, como la modernización de edificios o la instalación de electrodomésticos más eficientes, son adecuadas para el individuo o la instalación. Esta última categoría suele depender del comportamiento del consumidor, los incentivos y la acción descentralizada. Comprender y armonizar la escala y los límites es esencial para garantizar que las estrategias de descarbonización sean técnicamente sólidas y factibles de implementar en la práctica.


Los MACC son meras herramientas. Las soluciones que analizan no se implementarán por sí solas. Sin embargo, los países y las empresas que desean acelerar sus esfuerzos para impulsar la descarbonización pueden aprovecharlos al máximo. Los MACC pueden ser fundamentales para proporcionar un marco para el establecimiento de políticas de reducción de emisiones basadas en la evidencia y para ayudar a las empresas a tomar decisiones informadas sobre medidas de reducción y estrategias de descarbonización rentables. A lo largo de los años, algunas herramientas de descarbonización se han adoptado rápidamente, mientras que otras se han estancado. Al incorporar nuevas herramientas, aplicar enfoques de IA y desarrollar MACC dinámicos, hemos resaltado la importancia de que las partes interesadas desarrollen estrategias optimizadas regionalmente, dependientes del tiempo y que incorporen la fijación de precios de las materias primas. Estos conocimientos pueden ayudar a las empresas a determinar cómo concebir su papel en la descarbonización.

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