La incertidumbre geopolítica, los cambios en las políticas y la creciente demanda de energía están transformando el panorama energético. En el informe de este año, presentamos nuestra visión actualizada sobre el futuro del sistema energético.
McKinsey. 13 de octubre de 2025.

Este año se cumple el décimo aniversario de la Perspectiva Energética Global de McKinsey , lo que ofrece una oportunidad para reflexionar sobre las lecciones aprendidas durante la última década y mirar hacia la próxima.
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Perspectiva energética global 2025
Lea el informe completo para conocer siete conclusiones clave:
•Es poco probable que los combustibles alternativos clave se adopten ampliamente hasta después de 2040
•La dinámica regional juega un papel importante en los resultados del escenario
•Es probable que aumenten las fuentes de energía limpia y estable.
Acceda al informe completo de 42 páginas
Dos temas generales surgen de las perspectivas de este año. En primer lugar, la competitividad de costos y una transición energética económicamente pragmática siguen siendo fundamentales. La asequibilidad energética, la confiabilidad (incluida la seguridad energética a nivel nacional o regional) y la reducción de emisiones siguen conformando un trío de prioridades que impulsa la toma de decisiones energéticas. Sin embargo, sin asequibilidad, junto con la financiabilidad, no se logrará la adopción generalizada de nuevas tecnologías bajas en carbono.
En segundo lugar, no existe una fórmula mágica para la descarbonización. Los países y las regiones seguirán trayectorias distintas según las condiciones económicas locales, la dotación de recursos y las realidades de cada industria.
Sin embargo, cada año también trae consigo avances imprevistos, ya sean avances en la tecnología energética que permiten una ampliación acelerada de la energía solar y eólica o innovaciones como la inteligencia artificial que impulsan un rápido crecimiento de la demanda de energía.
Durante el año pasado, las emisiones alcanzaron niveles récord, ampliando aún más la brecha entre nuestros tres escenarios modelados y la trayectoria que podría limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, uno de los objetivos centrales del Acuerdo de París.
El cambio de temperatura esperado para 2100 en nuestros escenarios es de 1,9 °C en Transformación Sostenible, 2,3 °C en impulso continuo, y 2,7°C en Evolución Lenta.
Estas estimaciones son más altas que cualquiera de nuestras proyecciones anteriores y todas han aumentado aproximadamente 0,1 °C en comparación con la Perspectiva Energética Global 2024.
Los siguientes siete puntos representan conclusiones clave desde la perspectiva de este año.
1. Se proyecta que los combustibles fósiles conservarán una gran proporción de la combinación energética más allá de 2050.
En el escenario de impulso continuo, es probable que la demanda se estabilice entre 2030 y 2035.
El gas natural, cuyo uso para la generación de electricidad y el consumo final aumentará, podría experimentar el mayor aumento de la demanda, desplazando en muchos casos a combustibles con mayores emisiones. El uso del carbón también podría mantenerse en niveles más altos que los observados en anteriores proyecciones de McKinsey, dependiendo del escenario.
2. Es poco probable que los combustibles alternativos clave se adopten ampliamente hasta después de 2040.
Es improbable que los combustibles alternativos cruciales se adopten ampliamente antes de 2040, a menos que se exija su uso. El énfasis actual en la asequibilidad implica que algunas fuentes alternativas, como el hidrógeno verde y otros combustibles sostenibles, podrían no ser competitivas con los combustibles tradicionales a corto plazo.
Anexo 2
3. La dinámica regional juega un papel importante en los resultados del escenario
Por ejemplo, se espera que China continúe liderando la electrificación, seguida de América del Norte e India.
4. Se espera que la demanda mundial de energía aumente, impulsada por la electrificación y los centros de datos en los países de la OCDE.
El crecimiento tradicional de la demanda de electricidad, impulsado por los edificios y la industria, probablemente continuará en los mercados emergentes.
Es probable que los nuevos impulsores de la demanda provengan del transporte, particularmente en Europa, y de los centros de datos, especialmente en Estados Unidos, Europa y China.
Anexo 3
5. Las fuentes de energía renovables variables y la generación a gas probablemente dominarán el nuevo suministro de energía.
Sin embargo, la dinámica del mercado local influirá en la adopción de tecnologías limpias y conducirá a diversas vías de descarbonización.
6. Es probable que aumenten las fuentes de energía limpia y estable
Es probable que se expandan las fuentes de energía limpia y estable, así como las tecnologías de almacenamiento renovable. Estas fuentes de energía incluyen la energía nuclear, la geotérmica y la hidroeléctrica, y las tecnologías de almacenamiento incluyen las baterías y el almacenamiento de energía hidroeléctrica por bombeo.
Anexo 4
7. Una visión de todo el sistema podría ofrecer una vía más rápida y rentable para la reducción de emisiones en el sector energético.
Por ejemplo, la inversión en descarbonización del sistema energético podría rendir más si, en lugar de centrarse en el último porcentaje del sector eléctrico, se destinara a la descarbonización de otros sectores. Esto evitaría los mayores costos de la parte final de la descarbonización del sector eléctrico sin comprometer los objetivos de temperatura del Acuerdo de París.
Anexo 5
Diez años después de la primera Perspectiva Energética Global, nuestra visión de la transición energética ha madurado. Si bien la urgencia persiste, las vías para cumplir los objetivos del Acuerdo de París son ahora más complejas y deben basarse en realidades económicas y geopolíticas. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero siguen aumentando, y el camino hacia la descarbonización aún es largo. Pero con resiliencia y agilidad, los líderes del sector energético pueden prepararse y afrontar los desafíos.
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