Moisés Carrasco. 30 de noviembre de 2025. Arch Daily
La ornamentación arquitectónica ha sido un tema recurrente de debate en la industria durante décadas. Una práctica que se abandonó en gran medida durante el movimiento modernista podría ahora asentarse sobre una plataforma que, de nuevo, permitiría su resurgimiento, gracias a la convergencia actual de la robótica, la inteligencia artificial (IA) y la fabricación digital. La tecnología parece haber eliminado el principal obstáculo para el detalle decorativo: el alto coste de la mano de obra cualificada. Sin embargo, esta nueva capacidad técnica exige un análisis crítico: ¿Qué representa realmente la ornamentación y qué ganamos o perdemos al resucitarla mediante el diseño algorítmico?
La narrativa común atribuye el rechazo del modernismo al ornamento al aumento de los costos laborales . A principios del siglo XX, a medida que la manufactura industrial hizo que los bienes simples hechos a máquina fueran más baratos, el trabajo decorativo, al ser inherentemente intensivo en mano de obra, se volvió cada vez más caro. Sin embargo, el cambio no fue puramente económico. Durante décadas antes del modernismo , tecnologías como el hierro fundido y el fresado mecanizado habían hecho que ciertos tipos de decoración fueran abundantes y asequibles, aplicándolos a edificios comunes. El hierro fundido incluso se implementó en monumentos famosos de la revolución industrial temprana, como la Torre Eiffel y muchos puentes , como el de Shropshire, Inglaterra, donde tanto ingenieros como arquitectos utilizaron ornamentación. Por lo tanto, el alejamiento del modernismo de la decoración no fue solo una cuestión de presupuesto, sino también una elección ideológica. La cosmovisión propuesta emparejó la simplicidad con el progreso y enmarcó la decoración como innecesaria y culturalmente regresiva.
Investigaciones recientes en neurociencia , realizadas por los arquitectos Ann Sussman y Justin B. Hollander, sugieren que la visión modernista de la ornamentación podría no ser la más adecuada para nuestra naturaleza humana. Las fachadas detalladas pueden mejorar la sensación de lugar y la legibilidad, promoviendo la comodidad y la exploración segura al proporcionar al ojo información visual específica para procesar. Esta información se alinea con una perspectiva evolutiva: nuestros antepasados dependían de la búsqueda inmediata de elementos de alto contraste y patrones reconocibles, como rostros, como una característica de supervivencia. Esto también es respaldado por el profesor Matt McNicholas, de la Universidad del Valle de Utah. En esta conferencia , presenta sus estudios y otros que sugieren que la ornamentación, especialmente la inspirada en el carácter fractal de la naturaleza, puede reducir el estrés y aliviar la carga cognitiva, además de facilitar la homeostasis. Desde esta perspectiva, la arquitectura más ornamentada se percibe como más «humanizada».
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De todas formas, el modernismo representó un progreso tangible. Muchos de los que idealizan un pasado ornamentado a menudo lo ven a través de la lente de las estructuras supervivientes: palacios, edificios gubernamentales, mansiones, etc. Esto, sin embargo, puede conducir a una narrativa histórica incompleta, ya que estos edificios solo representan el estilo de vida de la élite, que contrastaba duramente con el de la clase trabajadora. La mayoría de la población a menudo vivía en viviendas urbanas densas, donde las estructuras con frecuencia carecían de infraestructura sanitaria básica y sufrían de mala calidad de construcción. En este contexto, el modernismo, con su intenso enfoque en la higiene , el saneamiento y la integridad estructural, no solo proporcionó una solución factible para la rápida construcción masiva de viviendas, sino que también lo convirtió en el estilo preferido para la arquitectura de la salud durante la era de la tuberculosis, como hospitales y sanatorios . En el proceso, su adopción cambió significativamente la apariencia, la escala y el estilo de vida de muchas ciudades a nivel mundial.
Este rápido progreso a menudo resultó en la pérdida de muchas identidades urbanas tradicionales en la búsqueda de la eficiencia. En Latinoamérica, por ejemplo, muchas metrópolis vieron demolida una parte considerable de su patrimonio arquitectónico para dar paso a nuevas torres de oficinas y bloques de viviendas estandarizados diseñados para albergar a las masas, especialmente alrededor del núcleo urbano tradicional de la Plaza Mayor . Este estilo se adoptó como una forma de modernizar las ciudades que habían utilizado las estructuras urbanas españolas durante más de 400 años. El resultado: el abandono progresivo de la ornamentación por parte del público en general, las escuelas de arquitectura y los arquitectos en ejercicio, lo que reforzó un cambio hacia un nuevo enfoque de diseño .
Hoy en día, la sociedad ha podido desarrollar la capacidad tecnológica y los procesos para la construcción en masa eficiente, rápida y desinfectada propuesta por el modernismo. Simultáneamente, los métodos de fabricación digital disponibles hoy en día están alcanzando un nivel donde la complejidad geométrica puede que ya no signifique un aumento proporcional en el costo económico. Según un artículo del MIT Media Lab y el New York Times , en 2024, la empresa neoyorquina Monumental Labs participó en un proyecto donde utilizaron la tecnología de campo de radiancia neuronal de Nvidia para convertir las imágenes generadas por IA de Sora de Chat GPT en modelos 3D. La herramienta de corte de Monumental Labs convirtió uno de esos modelos en una escultura de cuatro pies de altura tallada en mármol blanco italiano. Esta convergencia abre una oportunidad única y establece una plataforma crítica que permite a los arquitectos volver a explorar este tema.
De hecho, parece observarse un cambio reciente hacia la ornamentación en las industrias creativas. Desde Dolce & Gabbana con su colección Alta Sartoria, profusamente ornamentada , de 2025, hasta diseñadores gráficos que se inclinan por motivos medievales y letras negras , y películas que muestran decorados, efectos visuales y vestuario cada vez más elaborados, como en Nosferatu , de 2024. En arquitectura, los proyectos del «Nuevo Urbanismo», como Ciudad Cayala en Guatemala , han demostrado que los entornos tradicionalmente ornamentados y detallados pueden ser social, económica y funcionalmente viables, incluso deseables.
Un buen ejemplo para explorar las posibilidades de esta nueva fusión entre la maquinaria y la artesanía podría ser la restauración de las tallas de piedra de Parliament Hill en Ottawa , Canadá. Este proyecto utiliza fotogrametría 3D (captura digital de las tallas existentes) y sistemas de fresado robótico multieje para reproducir ornamentos de piedra de reemplazo a partir de un molde tomado del original. El trabajo que antes requería meses de tallado manual por parte de un artesano experto ahora puede completarse en días. Las funciones de los escultores han evolucionado: de la ejecución manual de todos los detalles, a la supervisión del proceso robótico y la aplicación de los acabados texturales finales, cruciales. Esto podría acabar con la limitación de la mano de obra cualificada.
La reciente Torre Blanca (Tor Alva) en Suiza es otro ejemplo de la reintroducción contemporánea de la ornamentación en la arquitectura, gracias a la fabricación digital avanzada y la robótica. Esta estructura de 30 metros de altura, diseñada por Michael Hansmeyer y Benjamin Dillenburger en colaboración con la ETH de Zúrich, utiliza diseño algorítmico e impresión 3D robótica para crear una serie de intrincadas columnas de hormigón con una ornamentación única, que son a la vez estructurales y altamente decorativas. Demuestra cómo la fabricación robótica puede rehabilitar la ornamentación sin costos de mano de obra prohibitivos. Sus diseñadores conectaron explícitamente el proceso con el patrimonio local y el simbolismo cultural, haciendo referencia a la historia de los confiteros de los Grisones y la arquitectura barroca de la región, en lugar de producir una decoración desvinculada del contexto.
Porque históricamente, la ornamentación era una forma de codificación cultural. En una conferencia en línea del profesor Witold Rybczynski , los ornamentos no solo cumplían un propósito funcional, como la modulación de la superficie o la gestión del agua de lluvia, sino que también otorgaban significado y simbolismo a un edificio y al lugar donde se alzaba. Con ese fin, algunos argumentan que los sistemas de IA y los robots entrenados en estilos arquitectónicos históricos solo pueden absorber los patrones de esos estilos , pero no los marcos éticos o espirituales que los animaron. Esto no significa que la IA y la robótica no puedan participar en la producción cultural, pero requieren intención y juicio humanos en cada etapa para garantizar que el resultado algorítmico esté vinculado al contenido cultural genuino, el contexto local y los valores humanos, en lugar de a meras estadísticas y estéticas copiadas.
La capacidad tecnológica e intelectual para reintroducir la ornamentación es real ; sin embargo, requiere un análisis crítico. El compromiso con la ornamentación debe comenzar con una reflexión cultural y ética. ¿Qué relación con el lugar, la historia o la comunidad debe expresar el detalle? Para ello, los arquitectos podrían reintroducir la ornamentación asistida por robots, siempre que consideren la tecnología como la herramienta para ejecutar la respuesta, no como la fuente de la misma. El resurgimiento de la ornamentación depende enteramente de si los arquitectos y las sociedades deciden plantearse estas preguntas y decidir si este es el tipo de mundo que queremos construir en el futuro. Las herramientas seguirán los valores que establezcamos, no al revés, y podrían permitirnos, con suerte, producir un patrimonio de calidad y duradero para el futuro.
